La educación privada hace patente el ejercicio de la libertad de enseñanza tanto para los padres de familia como para quienes fundan y dirigen centros educativos. La educación privada no tiene como finalidad el competir y ser mejor que la pública, su presencia es garantía para la vigencia de la pluralidad de ofertas educativas en una sociedad democrática que valora la libertad de los padres para decidir qué tipo de educación desean para sus hijos y la libertad de empresa para ofrecer esos tipos de educación. El ideal sería que-sin descuidar la justicia- todos los padres puedan optar por el colegio de su preferencia.

 

La educación privada no es privilegiode pocos, más bien hace referencia a que su gestión está en manos de particulares, quienes asumen toda la responsabilidad tanto de los éxitos como de los fracasos. Otra gran diferencia es que la educación llamada pública es ¨gratuita", - los servicios tienen un costo- se pagan indirecta y solidariamente vía impuestos; en la privada los costos son pagados directamente por el padre de familia. Atendiendo a esa sola diferencia se corre el riesgo de etiquetar como social y humanitaria la una y exclusiva y elitista la otra.

 

La educación privadaen nuestro país ha crecido desde los últimos años de la década del 90, llegando abarcar el 27% de la oferta educativa. En Lima, esta cobertura llega al 49%de la oferta, Es cierto que en el ejercicio cotidiano, la heterogeneidad de la calidad de la oferta privada, opaca los principios que motivan su origen.

 

En los últimos años el Ministerio de Educación y otras instancias gubernamentales – basados en rúbricas y resultados -vienen realizando acciones con la intención de garantizar que la oferta privada reúna unas condiciones mínimas de calidad. Este esfuerzo no siempre ha sido positivo: por un lado, existe una sobrerregulación que no ha resuelto los problemas más relevantes de calidad educativa y por otro lado subsiste un marco confuso que no facilita el crecimiento y desarrollo de la institución educativa privada.

 

La gestión de la escuela privada se da entonces en un marco regulatorio que deja espacio para un alto nivel de discrecionalidad de las IGED (Instancias de gestión educativa descentralizada: DRE y UGEL) y por tanto a un alto nivel de informalidad en algunas escuelas de bajo costo. Los directores además se enfrentan día a día a situaciones de crisis generadas por los propios usuarios, ante la pérdida de confianza y criterios diversos para juzgar la calidad del servicio educativo.

 

Por ello, en nuestra abordaremos los siguientes temas:

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• ¿Qué principios sustentan a la educación privada en el país?

• ¿Qué necesita la educación privada para poder ofrecer un servicio educativo de calidad en todos sus niveles y estratos socioeconómicos?

• ¿Cómo gestionamos la comunicación en las situaciones de crisis que suelen enfrentar las instituciones educativas?

• ¿Qué aportes brinda la educación privada al país?

• ¿Cómo comunicar las fortalezas que ofrece la educación privada? ¿Cómo mantener informados a los padres sobre los esfuerzos y avances que realiza la institución privada para asegurar la calidad educativa?

• ¿Qué perspectivas y desafíos conlleva la gestión de la educación privada camino al bicentenario?